martes, 7 de diciembre de 2010

AN limitará la libertad para invertir en ciencia y tecnología

La reforma legal concentrará todo el dinero en manos del Gobierno nacional

El artículo 98 de la Constitución es claro: "la creación cultural es libre. Esta libertad comprende el derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa, científica, tecnológica y humanística (...)".

Sin embargo, con la reforma a la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (Locti) la Asamblea Nacional podría disponer otra cosa, advierte el profesor universitario y abogado, Fernando Fernández.

La modificación de la Locti, que está a punto de sancionar la AN, concentra los aportes económicos del sector privado para el avance científico en manos del Estado, que solo respaldará aquellas iniciativa que se ajusten al Plan Nacional de Desarrollo Económico-Social de la Nación Simón Bolívar.

Fernández opina que la propuesta elaborada por el Parlamento "desnaturaliza la inversión propia que garantiza la Carta Magna". "El proyecto tampoco tiene un mecanismo transparente de administración, gestión y rendición de cuentas, mucho dinero podría desviarse hacia nuevas figuras políticas como las comunas", alerta el experto.

La clave está en el control del dinero. "Esto le permitirá al Estado ponerle la mano a una enorme cantidad de recursos que en la actualidad se están invirtiendo en las empresas. Aunque el Estado dé dinero a las empresas, siempre será una especie de confiscación de sus recursos", acota el académico.

El Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Oncti) informó en 2007 que las contribuciones derivadas de la Locti alcanzaron los 4 mil 800 millones de dólares. "Cifra que equivale al 80% del endeudamiento de 2010 vía emisiones de bonos", compara una fuente consultada.

Contra las cuerdas
Preocupado por el cambio de la norma, un representante del sector industrial comenta: "pretenden eliminar la posibilidad de administrar nuestros aportes en función de proyectos internos (planes de capacitación) y ayudas a terceros (fundaciones, instituciones educativas, ONG, etc.). Todo eso quedará suspendido, a merced del Fondo Nacional para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (Fonacit)".

Fernández añade otro elemento para el análisis: en el país está vigente el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2030. No obstante, ahora los investigadores tendrán que ceñirse al primer plan socialista de la República.

"Están sacrificando todos los objetivos de mediano y largo plazo por un plan de corto plazo, que no tiene nada que ver con la ciencia y responde a un modelo ideológico", sentencia.

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